
Un cachorro duerme debajo de los rifles de los soldados americanos en
Baquba (Irak).
La guerra de Irak y la crisis financiera, los grandes retos para
Barack Obama.
Dos de cada tres estadounidenses están "asustados", y tres de cada
cuatro "enfadados", con el rumbo que está tomando su país. Una
encuesta refleja lo que va a encontrarse el Presidente número 44
en la historia de los Estados Unidos.
Tras demostrar que podía ganar las elecciones, el reto de Barack
Obama es cumplir su palabra: la que le ha llevado hasta la Casa Blanca:
cambio. La incógnita, si la crisis financiera le permitirá llevar a la práctica
sus promesas sobre energía, educación y, sobre todo, la de universalizar
el sistema de salud.
Deberá probar que su anunciada subida de impuestos a los más ricos
beneficia al norteamericano de a pie. Al verdadero Joe "el fontanero",
no al que, de forma un tanto sospechosa, irrumpió en su campaña.
En el exterior, el primer compromiso de Obama será terminar con la
ocupación de Irak, fijando un calendario para la salida ordenada y segura
de las tropas. Salida que permitirá aumentar la presencia en Afganistán
y, sobre todo, en su frontera con Pakistán.
La captura de Bin Laden sigue siendo un objetivo prioritario para cualquier
Presidente de los Estados Unidos. Tendrá que acreditar que la
diplomacia es la respuesta adecuada ante el programa nuclear de Irán;
encarar los desafíos de la nueva Rusia y reaccionar ante el empuje imparable
de China. Y lo más difícil, recuperar el prestigio internacional perdido en
estos años.