El Fonógrafo

¡¡Odio el veranooo!!


Definitivamente el calor no se hizo para mi. Con lo bien que se está en invierno, saliendo a la calle con tu abriguito, tus guantes, tu bufandita y cuando llegas a casa sentir la tibiez del hogar. Pero ahora, en Agosto, nada de esto. O te sumerges en una piscina o vas a la playa….y este si que es un gran reto.

Ya el intentar instalarte requiere un gran esfuerzo: buscar un lugar en la arena donde poner tu toalla, lejos de niños gritones y equipos de música a toda potencia. Si al final consigues un poco de tranquilidad y te quedas medio dormida, de pronto..zassss un balón de playa que va directo a tu cuerpo….aiiii qué ha sido eso???

Entonces decides ir al “chiringuito” a tomarte una bebida fresquita….¡todo un ejemplo de coraje! : intentar que te atiendan entre el grupo de gente que se agolpa alrededor del camarero. Preguntar al llegar “¿Quién es el último?”, de nada vale, allí no hay últimos ni primeros, aquello es una maniobra de abordaje en toda regla. Lo importante es pillar el botín de una bebida fresquita. Visto lo cual, decides que para qué te vas a exponer a que te pongan un ojo morado en la sangrienta batalla y renuncias a la bebida.

Así que recoges tus pertenencias, te subes al auto, pones el aire acondicionado (¡¡por fin un poco de fresquito!!) y te vas para casa, te das una duchita, te vistes con algo cómodo y te pones a ver en DVD un documental sobre alguno de los Polos y con un poco de suerte te imaginas que estás ahí y hasta te dan ganas de ponerte una mantita encima
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